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sábado, 4 de marzo de 2017

PUERTO ESCONDIDO # MARÍA ORUÑA.



Hola a todos:

Ya estoy de vuelta, para contaros que estos inicios de año están siendo muy positivos a nivel lector. Estoy cumpliendo con creces los objetivos que me  marqué a finales de 2016 y, además, los libros me están gustando mucho salvo una excepción que abandoné. Por el momento, hoy quiero compartir con vosotros mis impresiones sobre el último que ha pasado por mis manos, una novela que tenía previsto comprar pero que encontré en la biblioteca y, como comprenderéis, no dejé pasar la ocasión. Hoy vengo a hablaros  de “Puerto escondido”, de María Oruña una novela que ya os adelanto que me ha gustado, y mucho.

Contraportada.


Oliver, un joven londinense con una peculiar situación familiar y una triste pérdida a sus espaldas, hereda una casona familiar, Villa Marina, a pie de playa en el pueblecito de Suances, en Cantabria. Durante las obras de remodelación se descubre, en el sótano, el cadáver emparedado de un bebé, al que acompaña un objeto que resulta completamente anacrónico. Tras ese descubrimiento comienzan a sucederse, de forma vertiginosa, diversos asesinatos en distintas ciudades de Cantabria que, unidos a los insólitos resultados forenses de las víctimas, ponen en jaque a la sección de investigación de la Guardia Civil y al propio Oliver, que iniciará un denso viaje personal y una carrera contrarreloj para descubrir al asesino. 

¿Dónde se encuentra el escondite perfecto, el bastión intocable donde respirar una calma absoluta y el abandono de todo lo que impone la edad, el entorno y el tiempo? ¿Hacia dónde habrá que dirigirse para encontrar ese refugio donde atesoramos, sin saberlo, la más pura felicidad? Sólo siguiendo el curso de la marea se esquiva el miedo.
Cuando llegues a puerto escondido descubrirás que el camino afilado, aterrador, vivo, había estado ante tus ojos desde el principio…

Mi opinión personal.

He leído muy buenas críticas sobre esta novela, que tuvo mucha difusión en blogs literarios y redes sociales cuando se publicó hace un par de años, pero todos sabemos que visitas no es sinónimo de credibilidad así que sólo empezó a llamar mi atención cuando mis blogs de referencia – que ya os mencioné en mi perfil de Facebook y que son menos de los que pudiera parecer – me alertaron de su calidad. Aun así, he dejado pasar dos años para darle su oportunidad, y estoy escribiendo esta reseña cuando “Un lugar adonde ir”, la segunda aventura de sus protagonistas, ya está a la venta. Como curiosidad, os diré que comencé a escribirla el mismo día 21 de febrero.

Con este puerto escondido vuelvo a la novela negra más clásica. Un acontecimiento en apariencia fortuito (la aparición del esqueleto de un bebé) desata una serie de acontecimientos que la guardia civil tendrá que esclarecer.

Oliver Gordon hereda una casona familiar en Suances y decide dejar atrás una vida aparentemente cómoda, era profesor en Londres. Quiere embarcarse en una aventura en la ciudad natal de su madre: convertir villa marina en un pequeño hotel a pie de playa, pero todo empieza a torcerse el mismo día en el que el británico pisa suelo español, ya que los obreros encuentran el cadáver de un bebé que podría llevar décadas emparedado entre los muros de la vieja casona. 

La guardia civil hace acto de presencia en el lugar, pero no le presta demasiada atención al caso: el crimen, si realmente lo hubo, prescribió hace muchos años. La situación cambia cuando un hombre aparece muerto muy cerca de allí, en la ría… y él no será la última víctima. Comienza la carrera contra el reloj, la aparición del bebé parece haber despertado a una bestia que la benemérita – y el propio Oliver Gordon – tendrán que detener.

Respecto al inglesito, es todo un personaje que me ha resultado la mar de simpático a decir verdad. A pesar de todo lo que está pasando no pierde la socarronería ni ese fino humor inglés y, en muy contadas ocasiones y, en muy contadas ocasiones, la sonrisa. Su nueva vida en la tierra de sus antepasados resulta ser una huída hacia adelante, un escapar del dolor que le han infligido en Londres. ¿Qué quiere dejar atrás Oliver?
Valentina Redondo es la teniente de la guardia civil que dirige la investigación. Sofisticada, metódica y obsesionada con el orden y la limpieza será la que maneje todo el cotarro. Ella puede que también esconda algo tras esa extraña mirada bicolor.
Pero los PERSONAJES (así, con mayúsculas) de esta novela son las dos hermanas: Clara y Jana Fernández. Les conoceremos en el diario y, en mi opinión, son para enmarcar, merecerían una novela para ellas solas. Su historia comienza durante la guerra civil, cuando una bomba nacional destroza a su madre y a su hermano pequeño en la cueva en la que intentaban protegerse de los aviones… y hasta aquí puedo leer.

La novela tiene dos partes bien diferenciadas: la primera de ellas está ambientada en la actualidad y la que nos narra la aparición del cadáver del bebé y la posterior investigación por parte de Valentina y compañía. En cuanto a la segunda, intercalada con la anterior, está contada a modo de diario. Es en esta última en la que conoceremos en profundidad a las dos hermanas de las que antes os hablé. Narrada en primera persona, su autoría es demasiado evidente casi desde el principio, y María Oruña desvela el misterio excesivamente pronto, de ahí que mi nota para este “Puerto escondido” sea de 4 estrellas y no la máxima. Yo tenía serias sospechas sobre quién escribió el diario, y la autora se encargó de confirmarlas en una sola frase.
                                                                                                                                                                                                                                           
Como buena novela negra, Puerto escondido está narrada con un estilo rápido y ágil, lo que siempre facilita la lectura. Tanto en la parte actual como en el diario están pasando cosas de forma constante, unas aclaran, otras sorprenden… o ambas cosas, que no son incompatibles.
Ante todo, esta es una novela de paisajes. De la mano de Valentina y Oliver conoceremos la Cantabria actual, mientras que Jana y Clara nos mostrarán esa misma zona 80 años atrás, cuando eran un par de niñas atrapadas en una guerra que no es suya pero que les marcará de por vida. Yo fui a Cantabria hace años, y la lectura de esta novela me ha recordado aquellos parajes y vivencias y, sobre todo, me ha animado a volver y a conocer mejor los pueblos en los que se desarrolla.

Recomendación y conclusiones.

En resumen, recomiendo encarecidamente la lectura de esta novela. Las tramas están bien llevadas y tiene algunos personajes que dejan huella y que merece la pena conocer, y sus escenarios nos permitirán conocer – o recordar, como fue mi caso – algunos de los lugares más hermosos de Cantabria.

lunes, 13 de febrero de 2017

LA TRISTEZA DEL SAMURÁI # VÍCTOR DEL ÁRBOL.






Hola a todos:
Hoy vengo a hablaros de una novela que me ha dejado huella, que me ha desgarrado por dentro como pocas han conseguido hacerlo hasta ahora. Me jacto de ser dura, de no permitir que un texto impreso en negro sobre blanco me afecte más de lo imprescindible, pero “La tristeza del samurái” lo ha hecho.  Aunque no  le perdono haberme hecho sufrir tanto, no sería justo negarle lo que merece: esta es la primera lectura de cinco estrellas de este año. Pero vayamos a lo que realmente importa.


Contraportada. 



 Diciembre de 1941. En una fría estación de tren de Mérida, Isabel está a punto de perder todo aquello por lo que ha vivido.

Mayo de 1981. María, una joven y exitosa abogada de Barcelona, debe comparecer ante la justicia de los hombres. Pero eso no le preocupa, está agonizando y no es a ellos a quien deberá rendir cuentas, sino a su memoria ¿Qué se puede hacer por amor? ¿Y por odio o sed de venganza? ¿Existen la redención, el perdón o el olvido? ¿Podemos llegar a ser, incluso antes de morir, aquello que una vez soñamos? Isabel y María deberán enfrentarse a estas preguntas en el curso de sus vidas, muy distintas y, a la vez, semejantes. 

Estas dos mujeres son el origen y el final de una historia que nos llevará desde Extremadura hasta las estepas rusas y, más adelante, hasta la ciudad condal y a los paisajes de una España que durante cuarenta años se fingió dormida, con el fin de demostrarnos que no existen límites cuando luchamos por lo que anhelamos. 


Mi opinión personal. 

Quiero comenzar haciendo una confesión: me considero incapaz de poner por escrito todo lo que esta novela ha removido en mí. Esta vez no quisiera centrarme exclusivamente en una serie de razones por las que os recomiendo encarecidamente la lectura de esta historia. Prometo hacerlo lo mejor posible.  

Llevaba tiempo queriendo leer algo de Víctor del Árbol, un autor al que conocí cuando Montse me descubrió en redes sociales aquel espanto de cubierta de “Respirar por la herida”. Poco tiempo después conocí la existencia de esta novela de la hoy os hablo y supe que sería la primera que leería de él. Por la cubierta (prefiero la de la primera edición) la sinopsis y, sobre todo, por el título que me llamó la atención desde el primer momento.

La tristeza del samurái es una historia fea y cruel. De una dureza extrema, no se atisba una luz al final del túnel, ya que no hay tal si no un pozo negro sin fondo en el que los personajes van cayendo uno tras otro sin posibilidad alguna de ser rescatados. Tampoco nos encontraremos con un mínimo rayo de esperanza que te haga recuperar la fe en la raza humana (que esta novela te hará perder). Quienes me conocen saben que, en el fondo, soy una romántica incurable y quizás sea esto lo que me ha llevado a ver algún que otro atisbo de bondad, pero es tan mínimo y aislado que es inmediatamente devorado por la oscuridad que lo invade todo. El autor, por su parte no hace el menor esfuerzo por endulzarnos ese trago tan amargo, es más, da la impresión de que disfruta hurgando en la herida.

ATENCIÓN: ZONA SPOILER.

Los que me conocéis sabéis que no es mi estilo, suelo ser bastante cuidadosa con no contar más de la cuenta, pero esta vez he considerado necesario poner este aviso por si acaso se me escapa algo que quizás no deberían saber los que aún no han leído esta novela. 

Los personajes son, salvo alguna excepción, una caterva de desgraciados  que se dedican a estropear la vida de los demás… y la suya propia porque ambas cosas no son incompatibles. Intentaré explicarme algo mejor.  


Publio (nunca conoceremos su apellido) es uno de los pocos que se muestra ante el lector tal como es desde los primeros compases de la novela: una mala bestia que sería capaz de matar a su madre si eso le ayudase a conseguir su objetivo. ¿Cuál es este? Conseguir mayores cuotas de poder y más dinero. Es el perro fiel de Guillermo Mola, uno de los grandes jefes de la falange… ¿o quizás es al revés? 

Isabel Mola es esposa de Guillermo, y madre de Fernando y Andrés pero, sobre todo es la clave de bóveda de esta novela. Sobre ella y su asesinato (en una cantera abandonada de Mérida) recae todo el peso de la misma, tanto de la trama como de los propios personajes. Isabel es el cemento que une los destinos de todos los que la conocieron en persona (Publio, sus hijos o Marcelo Alcalá) como aquellos que no lo hicieron (María o César, por ejemplo). Su ejecución trae terribles consecuencias que se prolongarán durante cuarenta años, y afectarán hasta a tres generaciones de algunas familias.

En resumen, los personajes son “malos”, todos ellos tienen algo de lo que arrepentirse, algo que ocultar, y eso incluye al diminuto punto luminoso del que os hablé hace un rato. Por cierto, os propongo algo: ¿Sois capaces de identificar al personaje que intenta en vano horadar la oscuridad que le rodea? 

FIN ZONA SPOILER. 


Pero si por algo destaca esta novela es por el estilo que utiliza el autor. Narrada en tercera persona por un narrador omnisciente, es brutal, dura, cortante, demoledora. No hay un solo resquicio de piedad o compasión en él. No concede un respiro al pobre lector, que verá cómo aflora su lado más masoca: a pesar del sufrimiento, de la desesperación, de la desazón que provoca este libro querrá saber más; es consciente de que no hay lugar para el final feliz, pero sigue adelante con la esperanza de que ese personaje que ha logrado despertar en él un mínimo de simpatía acabaría bien esta historia. Al menos era lo que a mí me movía a continuar leyendo. Tal como imaginaba fue así, la vida de mi personaje favorito estaba demasiado destruida como para acabar de otra forma.  


Recomendación y conclusiones.
 
Creo que es evidente que recomiendo la lectura de La tristeza del samurái a cualquiera que disfrute con una buena historia. Demoledora, terrible, cruel… todo lo que se diga de ella es poco, pero Víctor del Árbol  es capaz de envolver al lector  en las vidas de los personajes, de llevarle hasta el límite una y otra vez, hasta el punto de tener que dejar de leer porque no puede con la desazón, la rabia y las ganas de gritar o, incluso, de llorar si aún te quedan lágrimas. 

Sé que esta no es la reseña que merece semejante novel, ni siquiera he sido capaz de rascar la superficie de todo lo que ha removido en mi interior, pero experesarlo todo sería imposible. Desde aquí os animo a leerla y compartir vuestras impresiones conmigo.

P. D. Os recuerdo el reto – juego que os he planteado antes: ¿Quién es ese personaje tan escueto como luminoso que aporta el único rayo de esperanza que hallaremos en esta historia?.

sábado, 21 de enero de 2017

MONASTERIO # ANDREA H. JAPP.

Hola a todos:

Vuelvo a estos lares, esta vez no voy a prometer que sea para quedarme - ya lo incumplí demasiadas veces en el pasado - pero sí quería hablaros de la que ha sido mi primera lectura de este 2017, una novela con una cubierta de esas que me llaman mucho la atención y una contraportada la mar de interesante que cumple la mayor parte de lo que prometía. Hoy quiero hablaros de Monasterio, de una autora que era desconocida para mí, pero que está considerada como la reina francesa del crimen Andrea H. Japp. Ya os adelanto que me ha gustado, y que no descarto repetir con ella. 

Contraportada. 


 1288, Alejandría, Egipto. Un mercader se hace con la pesada alforja de un viajero agonizante. Ignora que acaba de firmar su sentencia de muerte y que jamás conocerá el secreto que contiene esa alforja: cuando intenta venderla a un intermediario del conde Aimery de Mortagne, muere degollado. 

1307. Abadía de las monjas claretianas. Plaissance de Champlois debe hacer frente al cabildo de la orden, encabezado por la gran priora Hucdeline de Valézan, protegida por su hermano monseñor Jean, un oscuro servidor de los intereses de Roma. Una joven monja, Angélica, ha sido descubierta estrangulada. Sin duda, porque se parecía mucho a una de sus hermanas, Marie- Gillette de Andremont, que huyó a España después del asesinato de su amante. Pero sólo es la primera muerte  de las muchas que se van a suceder en la abadía. Y a pesar de los veinte años transcurridos entre ambos sucesos, éstos parecen estar secretamente conectados.


Mi opinión personal. 

Monasterio  es una novela negra, ambientada a caballo entre los siglos XIII y XIV, que une en una sola trama lugares tan apartados como la ciudad de Alejandría, el reino de Castilla y una abadía de monjas bernardas en la catolicísima Francia porque ¿qué tiene que ver una joven huída tras el asesinato de su amante con una alforja hallada en Egipto y todo esto con una jovencísima abadesa bernarda?

En términos generales, la novela me ha gustado. La trama me ha resultado atrayente y bien llevada,  con un inicio potente, lo que ha contribuido a que quisiera seguir leyendo. Lo que parecía ser una tranquila abadía resulta ser un auténtico avispero en el que Plaissence debe hacer valer su autoridad como abadesa  a pesar de su corta edad (apenas 15 años). Su elección por la anterior abadesa y su calidad de ahijada espiritual de Clemente V, el Papa de turno, ha despertado más de una envidia en aquel grupo de mujeres.


Ese precario equilibrio se tambalea con la imposición de acoger a medio centenar de leprosos de una malatería cercana, y salta en pedazos con el hallazgo del e que la abadía tiene derecho a administrar justicia, Plaissance no tarda en percatarse de que no es capaz de gestionar sola esta situación. Se ve obligada a pedir ayuda a Aimery de Mortagne, momento en el que se iniciará una investigación en la que nos aguardan varias sorpresas.

Nos encontramos ante una obra muy coral, cuyas páginas están pobladas por una larga serie de personajes con mayor o menor peso específico en la trama. Hay sobre todo uno que brilla con luz propia, y ese es la propia abadesa: No nos costará meternos en su piel, al principio vive en una especie de cuento de hadas totalmente ficticio del que  saldrá en parte  con la llegada de los leprosos a la abadía pero que se vendrá completamente abajo con el inicio de los crímenes. De la mano de Aimery conoceremos, a la par que la propia joven, muchos datos sobre la política internacional de esa época en la que reyes, Papas y templarios urdían una trama de amistades y rivalidades difícil de entender. Gracias a él asistiremos, entre otras a la caída de San Juan de Acre o  la rivalidad entre Felipe el Hermoso de Francia con Bonifacio VIII (que no finalizó ni siquiera con la muerte del último).

Como ya he contado en redes sociales esta novela tiene fallos tontos, provocados sin duda por una mala traducción. En los diálogos se utiliza de manera indistinta el tratamiento de tú, de usted y de vos y no lo hace mal, pues depende de qué personajes estén hablando y el rango social de cada uno de ellos, pero en varias ocasiones mezcla varios de estos tratamientos en una sola frase; comienza hablando de vos y acaba con el usted, lo que provoca una falta de concordancia entre sujeto y verbo que resulta especialmente molesta. Una pena, pues llega a estropear una novela que por otro lado es bastante recomendable.

Ya acabo, y quiero hacerlo recomendando la lectura de esta novela. A pesar de los errores de traducción, la historia me ha gustado y hay algunos personajes dignos de mención que yo creo os harán disfrutar de un buen rato de lectura.