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jueves, 22 de marzo de 2012

Feliz día de la poesía (con retraso)

Hola a todos, amigos blogueros.

Como ya sabeis, ayer se celebró el día internacional de la poesía y me apetecía publicar algo para conmemorar tal fecha, aunque yo no soy demasiado de leer literatura versificada. Todas las reglas tienen, sin embargo, su excepción y en mi caso esta se cumple con los poetas románticos. Aclaro aquí que estoy hablando del Romanticismo como movimiento literario, que está considerado el preludio del género de terror. Con esta entrada, aparte de conmemorar ese día especial también quiero saldar una deuda con una bloguera muy querida para mí, que me pedía en un comentario que le enseñase algunas fotos de Salamanca. Junto a las fotografías, adjunto fragmentos de "El Estudiante de Salamanca" de José de Espronceda, obra en la que se nos describe una ciudad tétrica y siniestra, oscura y peligrosa, muy alejada de lo que hoy podemos contemplar.


Era más de media noche, 
Antiguas historias cuentan, 
Cuando en sueño y en silencio 
Lóbrega envuelta la tierra, 
Los vivos muertos parecen
Los muertos la tumba dejan. 
Era la hora en que acaso
Temerosas voces suenan 
Informes, en que se escuchan 
Tácitas pisadas huecas
Y pavorosas fantasmas 
Entre las densas tinieblas 
Vagan, y aúllan los perros 
Amedrentados al verlas: [...]




[...] Todo, en fin, a media noche 
Reposaba, y tumba era
De sus dormidos vivientes
La antigua ciudad que riega
El Tormes, fecundo río,
Nombrado de los poetas, 
La famosa Salamanca, 
Insigne en armas y letras,
Patria de ilustres varones, 
Noble archivo de las ciencias. [...]



[...] Una calle estrecha y alta,                                
La calle del Ataúd,                                                 
Cual si de negro crespón                                        
Lóbrego eterno capuz                                             
La vistiera, siempre oscura                               
Y de noche sin más luz
Que la lámpara que alumbra
Una imagen de Jesús.
 Atraviesa el embozado
 La mano en la espada aún,
 Que lanzó vivo reflejo
Al pasar frente a la cruz. [...]



Segundo Don Juan Tenorio,                                        
Alma fiera e insolente,                                        
Irreligioso y valiente,                                          
Altanero y reñidor:                                               
Siempre el insulto en los ojos,                             
En los labios la ironía,                                        
Nada teme y toda fía                                            
De su espada y su valor [...] 
En Salamanca famoso,
Por su vida y buen talante
Al atrevido estudiante
Le señalan entre mil;
Fuero le da su osadía
Le disculpa su riqueza,
Su generosa nobleza
Su hermosura varonil.


Que en su arrogancia y sus vicios                    
Caballeresca apostura,                                       
Agilidad y bravura                                             
Ninguno alcanza a igualar:                                 
Que hasta en sus crímenes mismos                     
En su impiedad y altiveza,                                   
Pone un sello de grandeza                                    
Don Félix de Montemar. [...]                                

 ¡ Que era pública la voz, que llanto arranca
 Del hecho pecador y empedernido,
Que en forma de mujer y en una blanca
Túnica misteriosa revestido
Aquella noche el diablo a Salamanca
Había en fin por Montemar venido!
Y si, lector, dijerdes ser comento,
como me lo contaron, te lo cuento. FIN.

Comentario personal.

Vaaaaale, ya sé lo que estais pensando, me consta que Espronceda no es uno de los mejores poetas de su época, está considerado un poeta menor, algunos incluso dicen que lo suyo es prosa versificada. Estoy de acuerdo, ya os he dicho que adoro el romanticismo (una que es de natural siniestro je, je) pero esta obra, de la que os dejo el principio y el fin, es mi favorita por una razón muy simple: está ambientada en mi querida ciudad, y entre los charros tenemos una pequeña polémica a ver en qué se inspiró Espronceda para crear esa "Calle del Ataúd" y, sobre todo, cuál es la "Torre del Diablo" en la que se desarrolla la parte final de la historia.

Conocí esta obra de Espronceda siendo bien jovencita, apenas unos 15 ó 16 años, cuando me la impusieron como lectura obligatoria en el colegio. Y ahí me veis, con la obra de la mano y acordándome de todos la familia del profesor ¡A mí no me gustaba nada  la poesía!

A día de hoy, casi 20 años después, debo agradecer a Don Germán que me descubriera esta obra, que ha pasado a ocupar un lugar privilegiado en mi lista de favoritos, hasta el punto de que me sé algunos fragmentos de memoria de tantas veces como la he releído. En fin, ya no me enrollo más, que bastante larga ha quedado ya la entrada.

Gracias por comentar. Besos shakianos.

6 comentarios:

  1. Yo tampoco soy mucho de poesía, pero bien se merece un homenaje esta forma literaria, ¿no crees?

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  2. A mi me gustaría leer más poesía la verdad... Es mi asignatura pendiente. Un besito!

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  3. Me encantó tu entrada y tu elección.
    Qué bueno coincidir.
    Feliz día, por leer, por recordar.. por todo.
    Besos

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  4. A mí me obligaron en el colegio a leerme las obras completas de Antonio Machado y me las leí enteritas con un trabajazo enorme. Luego me enteré que nadie de la clase lo hizo, fueron más listos que yo. Ahora sí me gusta Machado y hasta releo alguna poesía suya de vez en cuando. Precisamente en aquella época me gustaba más Espronceda con sus cañones por barba viento en popa a toda vela..., jajaja. No sé si será un poeta menor pero a mí me gustaba y consigue que los niños se acerquen a la poesía, que no es poco. Bss.

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  5. Hola shaka! He venido a visitar tu blog que ahora mismo voy a pinchar para seguirlo, porque esta interesante entrada se me había pasado! ¡preciosas fotos de Salamanca! Y un homenaje excelente a Espronceda.

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