Como os dije en mi anterior entrada, estaba a
punto de concluir la lectura de "El
día que me quieras" de Adolfo Puerta Martín, una novela negra
ambientada en Madrid, a mediados de la década de los 50 y que nos muestra el
lado más feo y duro de esa España aún en la postguerra, a pesar de que
"oficialmente" ya había acabado. Pues bien, finalizada ya su lectura,
vuelvo a vosotros con la correspondiente reseña. Pero comencemos por el
principio.
Ficha técnica.
- Título: El día que me quieras.
- Autor: Adolfo Puerta Martín.
- Género: Novela negra.
- Editorial: Plaza y Janés.
- ISBN: 9788401337130
- Formato: Tapa blanda con solapas, 271 páginas.
- Año de publicación: 2009.
- Precio: 17,50 €
Contraportada.
Héctor Perea lo ha perdido todo. Después de dejar su trabajo como policía, sufre el abandono de su mujer cuando apenas habían empezado a amarse. Su vida, en estos momentos, parece abocada a una caída sin fin.
Sin embargo, en el
despacho donde intenta sobrevivir como detective recibe inesperadamente la
visita de María, una hermosa mujer que le cambiará la vida. Le propone un
trabajo aparentemente sencillo: encontrar a una presa recién liberada de la
cárcel tras haber sufrido una larga condena desde el final de la Guerra Civil.
Junto a María,
siempre enigmática y misteriosa, el detective se embarca en una investigación
no tan limpia como parecía. Envuelto en una serie de asesinatos que parecen
relacionados con el caso y una trama de corrupción que les conduce hasta el
hombre más poderoso de la España de la época, Héctor encontrará lo que parecía
haber perdido para siempre.
Personajes.
- Héctor Perea: Ex comisario de la Criminal en el distrito de la Plaza de
los Frutos, abandonó Madrid y la policía, desencantado con que los
grandes gerifaltes del régimen estuvieran empeñados en tapar los desmanes
cometidos por los agentes de la ley que, lejos de respetarla, la interpretaban
a su antojo y se la saltaban a la torera cuando lo consideraban conveniente y de la manera más impune. Héctor nos dice que
se hizo policía por miedo a la policía y que la abandonó por miedo a ser
policía. Es el protagonista absoluto de la novela. Nos narra la acción en
primera persona.
- Santos: Nunca se nos dice el apellido de este hombre, que se gana
la vida como ¿soplón? vendiendo información al mejor postor. Así fue como
sobrevivió a la guerra y así saca adelante a su familia. Será uno de los apoyos
fundamentales del protagonista a lo largo de toda la trama.
- María
Delgado: Clienta de Héctor, esta
mujer pertenece sin duda a la alta sociedad de la época, dada la elegancia con
la que viste y los aires de superioridad
que adopta desde el principio. Se nota que es la típica niña rica que está
acostumbrada a ordenar y ser obedecida. María guarda un secreto recién
descubierto que le ha
hecho dar un giro radical a su vida. Encarga a Héctor encontrar a una mujer
recién liberada de la cárcel tras sufrir una larga condena.
- Elvira
Nicuesa: Republicana destacada durante la guerra, Elvira acaba de ser puesta en
libertad tras sufrir diecisiete años de
cautiverio político en diferentes cárceles españolas. La misión que María
encomienda a Héctor es localizarla y sacarla cuanto antes del país.
- Adelaida
y César Granda: Estos dos hermanos son, junto con Héctor, los
únicos personajes que los seguidores de la serie de televisión conocíamos con
anterioridad. Adelaida trabajaba vendiendo los cupones de la ONCE al tener
graves problemas de visión, mientras que César era un topo, es decir, vivía
encerrado en una habitación condenada de la casa de su hermana por miedo a ser
detenido y ejecutado. Cuando le descubrieron fue condenado a la pepa (pena
de muerte) que pronto sería conmutada por 30 años de cárcel. Su frágil estado
de salud ha dado pie a que sea excarcelado.
Estos que os dejo aquí son, como siempre, los
personajes principales de esta novela que hoy traigo a vuestra consideración.
El resto, (algunos de ellos de una importancia crucial en el desarrollo de la
trama) deberéis descubrirlos por vosotros mismos, como siempre, leyendo esta
obra.
Sinopsis.
Hubo que aprender
A llevar y a tener
El corazón y el alma heridos
Días de avidez
De hambre y escasez
De vencedores y vencidos.
Estos versos son los que, en la voz de Mónica Molina, podíamos escuchar
como entrada de las primeras temporadas de la serie y, si he decidido ponerlos
aquí es porque reflejan a la perfección la España en la que se ambienta esta
novela, una España que aún seguía dividida en vencedores y vencidos y, por
supuesto, en ricos y pobres, en la que la represión aún campaba por sus
respetos y la gente era encarcelada por sus ideales políticos. Pero dejo ya de
enrollarme y vamos a lo que de verdad importa.
Madrid, año 1956,
Héctor Perea acaba de regresar a la capital tras cinco años fuera, y vuelve con
el rabo entre las piernas: abandonado por su esposa, intentando dejar el
alcohol (aunque sea a costa de fumar el triple), amargado y desesperado, trata
de ganarse la vida como detective privado en un cuchitril que ha conseguido
alquilar cerca de Gran Vía, pero el poco dinero que tiene se va volatilizando y
no surge ningún encargo que pueda sacarle de la miseria a la que parece estar
abocado.
Cuando
ya piensa que deberá dejar el despacho por no poder pagar el alquiler, recibe
la visita de María Delgado, una mujer joven y evidentemente rica que le hace un
encargo: debe encontrar a la mujer de la foto, acaba de salir de un penal de
Cuenca y, una vez que lo consiga, sacarla de España rumbo a Francia, Italia o
donde fuese. A pesar de la carencia de datos sobre el caso, Héctor, movido en
un primer momento por la necesidad,
decide aceptarlo, no parece difícil localizar a una mujer sexagenaria y
embarcarla en un tren o un barco con
rumbo a París, Orán, o algo similar. Las dos mil pesetas que su clienta puso
sobre la mesa a modo de anticipo acabaron de limar las escasas reticencias que
Héctor pudiera sentir respecto al caso.
Aquí
es donde comienza la acción, que se desarrolla en todo Madrid, empezando por
barrios obreros como Carabanchel hasta la Puerta del Sol o la calle de Alcalá,
pasando por los puentes que cruzan el Manzanares, debajo de los cuales malviven
hacinadas cientos de personas desesperadas sin nada que perder. Justo bajo estos
puentes, un desconocido ha asesinado a varias mujeres de las que vivían allí, y
Héctor ha podido saber que Elvira, la mujer que está buscando, se ha visto
abocada a buscar refugio entre ellos ¿será una de las víctimas?
No
sé qué más contaros para no destripar la trama, tan sólo deciros que el final
me ha encantado, por sorprendente e inesperado, y que éste tiene lugar fuera de
la capital de España.
Mi opinión personal.
Como
siempre en este apartado, vamos por partes.
- La novela: Me ha encantado, siempre he sido fan
de las novelas de misterio y detectives y esta vez tampoco me he arrepentido de
darle una nueva oportunidad al género negro, ya que nos encontramos ante una
trama adictiva que nos mantendrá pegados a sus páginas desde el principio y
hasta el final.
- El autor: Yo no conocía a Adolfo Puerta hasta
que me hice con esta obra, poco después de que fuera puesta a la venta allá por
el 2009, pero buscando en internet, he podido saber que es madrileño, nacido en
1956, licenciado en Ciencias Políticas y que esta es su tercera y, hasta el
momento, última obra, siendo autor también de “Azucena de Noche” (2007) y “Si
tú me dices ven” (2008).
- Trama y personajes: Como ya os dije hace un momento, la
trama es adictiva y está muy bien llevada. Sobre todo es muy creíble y
realista. Algo así pudo haber pasado en la España franquista sin ningún tipo de
problemas. Quizás incluso pasó, aunque no se sepa.
En
cuanto a los personajes, están muy bien dibujados y definidos. Como ya os dije
en la presentación, a los que seguimos la serie no nos ha costado nada “reconocer”
a Héctor en la novela, pero no es en absoluto necesario haberla seguido para
poder leer esta obra, ya que el autor hace que Héctor eche mano de sus
recuerdos para presentarnos a los hermanos Granda y su historia. Me ha gustado
especialmente la transformación que sufre el personaje de María a medida que va
avanzando la trama y cómo pasa de ser una niña rica a estar dispuesta a darlo
todo, incluso la vida, por una causa que nunca fue la suya.
No
nos resultará difícil, por otro lado, meternos en los zapatos de Héctor,
sentiremos su desesperación, su soledad y, sobre todo, su miedo cuando se da
cuenta de quién está detrás de todo aquel tinglado, una familia poderosa que,
desde tiempos de la República, había hecho de la ambigüedad su profesión,
situándose siempre entre Pinto y
Valdemoro, con un pie en la República y otro en el bando nacional, para que
ganase quien ganase, ellos obtuviesen beneficios, quedando bien con todos pero
sin casarse con nadie.
- Ambientación: Sencillamente soberbia, totalmente
acorde en este sentido con la de la serie en la que está basada, ya que el autor no olvida a ninguno de los “grupos”
que formaban la sociedad de aquel Madrid de mediados de la década de los 50. Adolfo
Puerta nos dibuja perfectamente la fisonomía y la sociedad de aquella ciudad
dividida, en la que convivían los nuevos ricos con los trolebuses y tranvías cargados
de obreros que regresaban a sus hogares del extrarradio tras dejarse el lomo en
el trabajo por cuatro perras que ni mucho menos les llegaban para mantener a
sus numerosas familias durante todo el mes.
- Estilo: Adolfo Puerta hace gala de un estilo
rápido y ágil, que nos describe personajes, situaciones y lugares en su justa
medida, para que sepamos a qué atenernos y poco más. Estas descripciones en
absoluto se hacen pesadas, ya que están intercaladas entre grandes dosis de
acción, nunca dejan de ocurrir cosas en esta novela y yo creo que no le sobra
ni una sola página.
Recomendación y conclusiones.
Ya
sólo me queda recomendar la lectura de esta novela a todos los amantes del
género negro, ya que nos encontraremos a un protagonista que bien podría haber
salido de la pluma de los grandes autores del género, aunque quizás haya
quedado algo “descafeinado”, ya que este Héctor Perea puede resultar un tanto
demasiado sentimental, ya que decide arriesgarlo todo por la que al principio
no era más que una clienta que debía sacarle de la miseria.
Como siempre, agradezco lecturas y comentarios. Muchos besos shakianos a todos y hasta la próxima.
Vaya! Pues al final va a resultar que la novela supera a la serie de la que nació. No creo que me la lea, porque ando con un montón de libros esperando turno para que los lea. Tu reseña me ha encantado. Muy completa. Saludos!
ResponderEliminarCon lo que me gusta este género y lo bien que pintas la novela, tengo que leerla un día de estos sí o sí.
ResponderEliminarHector es el personaje que más me gustaba de "Amar en tiempos revueltos", no es un desconocido... Aun así no tengo claro si me va a gustar esa novela, porque lo policíaco y el misterio nunca me han llamado nada...
ResponderEliminarLo dejo en un tal vez!
mua!
Con la buena reseña que has hecho, es imposible descartar esta novela.
ResponderEliminarBesotes!!!
Una reseña muy buena, no me esperaba tan buenas impresiones, supongo que por el hecho de salir de una serie (prejuiciosa, ¿no?) No sé si tendré ocasión de leerla pero sí que la voy a apuntar. Un beso!
ResponderEliminarParece que las reseñas son positivas. Habrá que darle una oportunidad.
ResponderEliminarBesos
Me gusta la portada totalmente de novela negra clásica =)
ResponderEliminarNo sigo la serie, pero si se que tiene su público y por algo debe de ser. El libro por lo que te leo está muy bien. Novela negra nacional, y de calidad =)
Besos
Difícil resistirse, la verdad. La anoto...
ResponderEliminarBesos,
Este tema no me llama especialmente... no se, creo que es una novela de la cual prescindiré, aunque debo reconocer que la reseña es excelente :)
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