FERIA DEL LIBRO DE SEVILLA # 2.

Hola  a todos:

Antes de nada, mil perdones por estar tardando tanto en publicar estas crónicas de lo que dió de sí mi viaje por tierras sevillanas. No tengo excusa, lo mío es pura vagancia. Os prometo no hacer esperar tanto por la tercera entrega.

Día 2: De entregas de premios, restaurantes argentinos y barrio de Triana.

Este sábado, 4 de mayo, prometía y, como os adelanté, cumplió con las expectativas en él depositadas, pero vamos por partes.

Era aproximadamente la una del mediodía cuando volví a encontrarme con Félix G. Modroño en la feria del Libro. Debido a mi escapada del día anterior, no tuvo ocasión de darme el texto que debía leer en la ya inminente entrega de premios representando al club literario creatio.

En primer lugar, se entregó el premio a mejor novela extranjera del año que como recordaréis recayó en "El invierno del mundo". Ken Follet no pudo acudir, al encontrarse en su casa, escribiendo la última parte de la trilogía "The Century". Recogió el premio Helena Ramírez, de Random House, se lo entregó nuestra querida Marisa G. de Books and Co.

Después, llegó mi turno, aunque sugiero que corramos un estúpido velo al respecto. No estoy acostumbrada a hablar en público y he de confesar que pasé un mal rato, pero mereció la pena.

Justo después, Félix G. Modroño recogió  el premio a la mejor novela española del año de manos de Fesaro de Libros en el petate y quien esto escribe.

Como colofón, Hugo Salazar puso el punto musical interpretando dos canciones en versión acústica, que hicieron las delicias de todos los presentes.

Concluido el acto, nos fuimos a comer al restaurante Milongas, cerca del arco del postigo, pero antes, hicimos un alto en una taberna donde Fernando Otero, autor de "Donde la muerte te encuentre" improvisó un tema con la guitarra. Que los asistentes me corrijan si me equivoco, por favor, pero creo que a nadie se le ocurrió inmortalizar el momento con la cámara.

La comida fue agradable y distendida. Como bien dijo Félix, los autores eran franca mayoría y eso me permitió conocer un poco mejor el mundillo literario. Tras una parada en el hotel, vuelta a la feria para conseguir el primero de los tesoros literarios que conseguí en este viaje: Francisco Gallardo tuvo a bien dedicarme mi ejemplar de su última novela: "La última noche" una historia preciosa que no me cansaré de recomendaros.

Tras esto, me esperaba el barrio de Triana, con unos guías de excepción. Hay veces que podemos disfrutar de un raro lujo durante un viaje, y no es otro que conocer una ciudad (o parte de ella) de la mano de alguien que la conoce y la ama. Marisa y su marido me permitieron disfrutar de él, y desde aquí quiero expresarles mi agradecimiento. Junto a ellos visité al Cachorro de Triana, a la Esperanza, la Señora de la O y todas las imágenes que les acompañan en los desfiles. También me permitieron conocer los restos del castillo de la Inquisición (hoy mercado de abastos), el callejón de la Inquisición, por donde los reos caminaban camino del cadalso. Hice muchas fotos, os dejo con el propio Cachorro y su compañera de peregrinaje por las calles de Sevilla: la única virgen de la ciudad que no está llorando: solo a punto de hacerlo.

No puedo dejar de contaros la historia que Juan me contó sobre estas imágenes. Resulta que la Iglesia en la que se encontraban sufrió un incendio tremendo, con graves daños. El Cristo resultó seriamente dañado, sufriendo un gran deterioro en la zona de las piernas mientras que la Virgen, situada a sus pies, quedó reducida a cenizas que los cofrades recogieron y guardaron cuidadosamente y que hoy se encuentran... en el interior de esta talla de la foto, realizada poco después.

Tras cenar en una estupenda taberna cerca de la iglesia de la Esperanza, volví a mi hotel a la espera del domingo y, con él, el final de esta aventura literaria.